2 de mayo de 2016
Una gran ciudad con más de 1.600.000 personas que comparten las calles con una gran densidad de turismo, un hecho que convierte Barcelona en un espacio muy complejo desde distintas perspectivas, entre ellas, la movilidad y el medio ambiente.
Barcelona es una gran ciudad en constante movimiento que va adaptándose a los nuevos tiempos. Cada vez más, se habla de la importancia de mejorar la movilidad de sus calles para una mejor convivencia entre peatones, vehículos motorizados y bicicletas. Se trabaja desde políticas municipales, como la ampliación de la red de carril bici, o desde debates ciudadanos donde se ponen sobre la mesa todos los temas incómodos sobre seguridad viaria.
Poco a poco, este trabajo se va transformando en una mayor sensibilidad sobre todo por parte de la población, que cada vez confía más en la bicicleta como medio de transporte más rápido, económico y, muy importante, no contaminante.
La ecología que envuelve todo el mundo de la bicicleta es clave para el futuro de las ciudades y por eso no dejan de desarrollarse con iniciativas como la de Muzzicycles, bicicletas con un cuadro fabricado a partir del reciclaje de materiales PET (materiales con los que se fabrican las botellas de plástico). Una innovación 100% ecológica con un diseño muy cómodo.
Es muy importante que si ya nos movemos pedaleando nos eduquemos y sensibilicemos en la cultura de la buena convivencia dentro de los espacios de circulación viaria. Y si todavía no lo hacemos, partamos desde este mismo punto.