02 de noviembre de 2016
Fotografía de Sergi Larripa
Hace ya casi un año que publicamos ‘Si ya disfrutábamos Barcelona, más lo vamos a hacer en 2018 con los 308km de carril bici acabados’ y después de estos 345 días el tema del carril bici en Barcelona sigue en el punto de mira.
Ya se está trabajando en la calle Marina, Travessera de Gràcia, en Cartagena, en Eduard Maristany, Taquígraf Serra y Gelabert y en la conexión de Barcelona con Esplugues del Llobregat.
Por otro lado, las calles Joan Güell, Can Bruixa, Marquès de Sentmenat, La Jota, Múrcia y Numància el carril bici ya está en pleno funcionamiento.
El carril de la Calle Numància une en los dos sentidos la Plaça de Països Catalans con la Avinguda Diagonal, un eje más que necesario. Pero desde su estreno, hace unas semanas, ha habido polémica por parte de comerciantes, conductores de vehículos a motor y ciclistas. Los comerciantes critican la falta de espacio para la carga y descarga, que era mucho más sencilla antes; los conductores, principalmente de coches, lamentan que se hayan recortado el número de aparcamientos; y, finalmente, los ciclistas están hartos que furgonetas y taxis se estacionan en el mismo carril bici.
Otro punto que también ha sido muy polémico estas últimas semanas es la moratoria a la prohibición de la circulación de bicicletas por las aceras. Este mes de noviembre entraba en vigor esta prohibición que no permitiría la circulación de bicicletas por aceras de menos de 4,75 metros, que tengan como mínimo 3 metros de espacio libre de terrazas -aunque no afectará a menores de 12 años y a los ciclistas que circulen entre las 22 y las 7h. De momento esta normativa no entrará en vigor hasta el año que viene porque el Ayuntamiento considera que todavía faltan infraestructuras que hagan las vías suficientemente seguras para la circulación de bicicletas.
Todas estas novedades han vuelto a abrir el debate entre ciclistas y conductores. Los unos reclaman más seguridad y los otros se sienten reticentes a la pérdida de espacios. Pero, según nuestro criterio, si queremos una ciudad menos contaminada y al servicio de las personas y no de los coches, es esencial mejorar las condiciones de aquellos que trabajan más por este futuro mejor.