El uso diario de la bicicleta nos aporta una gran variedad de ventajas a nosotros mismos y a nuestra ciudad.
Las 8 de la mañana, te levantas, te cambias, desayunas… y ¿empiezas un nuevo día? Te montas en el coche, te estresas en los mismos atascos de siempre, buscas un sitio para aparcar en el infinito parking del trabajo, te sientas en tu mesa y allí pasas prácticamente las siguientes 8 horas para volver al parking, al coche y a casa.
O…
Te levantas, te cambias, desayunas y… coges tu bicicleta, disfrutas del airecito de la mañana y de las primeras caras soñolientas, tus músculos se van activando igual que tu mente y cuando llegas al trabajo aparcas en la misma puerta. Te sientas en tu silla de trabajo, pero esta vez motivado para las siguientes 8 horas.
Hemos creado un sistema en el que cada vez nos resulta más difícil disfrutar del ejercicio físico, en el que el sedentarismo se está convirtiendo en algo preocupante, por eso es muy importante aprovechar cualquier oportunidad para movernos.
La bicicleta, además de económica, es de los pocos transportes que su velocidad dependerá prácticamente siempre de nosotros, ni el tránsito logrará entorpecer nuestro trayecto.
Además, ahorraremos a nuestra ciudad los elevados niveles de contaminación a los que puede llegar habitualmente, pudiendo disfrutar de ella en nuestro día a día sin malos olores y sin tubos de escape.
Súmate a todos aquellos que ya nos movemos cada día pedaleando.