Cuando pensamos en visitar Barcelona, la primera idea que tenemos es ir en verano, para disfrutar de la playa, el sol y las eternas fiestas. Tienes mucha razón. Pero Barcelona es un auténtico destino accesible en cualquier época del año, especialmente en otoño o invierno, y te lo vamos a demostrar.
Tiempo y temperaturas agradables
Visitar Barcelona en verano significa que podrá disfrutar de un buen tiempo y de altas temperaturas durante toda su estancia. Sin embargo, cuando se quiere hacer algo más que ir a la playa, esta temperatura puede convertirse en un hándicap. En noviembre, las temperaturas rondan los 12 grados, con una media de 5 días de lluvia en el mes. Esto hace que el tiempo sea muy agradable, sobre todo si se compara con otras ciudades europeas en la misma estación. Visitar Barcelona en noviembre significa que podrá disfrutar de la ciudad sin que haga demasiado frío ni demasiado calor, y sin dejar de tomar el sol.
Menos turistas
Lo más interesante de ir de vacaciones en temporada baja es la poca gente que hay en las zonas turísticas. Esto es especialmente cierto en noviembre, ya que no hay vacaciones escolares durante este periodo. Por lo tanto, es más agradable pasear por las Ramblas, la playa o incluso por los carriles bici, ya que no tendrá la sensación de asfixia por el ajetreo turístico. También es el momento perfecto para hacer bonitas fotos de recuerdo sin que un extraño venga a estropearlo. Lo mismo ocurre en los restaurantes, no tendrás que hacer una larga cola para poder degustar buenas tapas. No es raro encontrarse cara a cara con un local, en un restaurante o en la calle, lo que supone una verdadera inmersión cultural.
Disfrutar de la gastronomía local
Hablando de restaurantes, noviembre es el mes perfecto para descubrir la gastronomía local. Como el sol se pone antes y las temperaturas son más frescas, pasar una velada en un buen restaurante local parece la actividad ideal. Desde la popular Paella hasta el Arroz Caldoso y el Fricandó, Barcelona tiene muchas especialidades para calentarse después de un largo día de exploración. Si quieres hacer una pausa dulce, no dudes en parar en una de las muchas chocolaterías de la ciudad para disfrutar de un buen chocolate caliente o de churros con chocolate.
Muchas actividades de interior
Si tiene la mala suerte de que sus vacaciones caigan en los únicos días lluviosos del mes, o que la temperatura sea demasiado baja para usted, no se preocupe. Barcelona está llena de actividades de interior. Ya sean las casas de Gaudí, la Sagrada Familia, el acuario o uno de los muchos museos (¡más de 55!), tendrá mucho donde elegir. Si eres más bien aficionado a las compras, puedes pasear por el Corte Inglés, el Maremagnum o el auténtico mercado de la Boqueria mientras te mantienes seco.
El precio
Si, a pesar de todos estos puntos, sigue siendo escéptico ante la idea de tomar sus vacaciones en noviembre, debe saber que ésta es una de las temporadas más baratas. Ya sea para el transporte o el alojamiento, es la oportunidad de ofrecerse un viaje de ensueño que no podría permitirse en temporada alta.
No dude en visitar Barcelona en noviembre !